miércoles, 4 de marzo de 2009

EL ATRAECOLIBRIES

En el fondo de la casa de la tía Catalina ,hay muchas plantas, árboles y flores. En las ramas de los árboles hay nidos de pajaritos: los zorzales, las calandrias, los benteveos, alegran con sus cantos las mañanas y las tardes de la tía...
Además, suele venir de visita un colibrí verde azulado con hermosas plumas ,que brillan cuando les dá el sol que vuela velozmente de una campanilla a la otra y de una rosa china a la otra, y se queda aleteando tan rápido que sus alitas ni se ven: suspendido en el aire frente a cada flor , mete el largo pico en cada una para libar el néctar que tanto le gusta.
Un día ,la tía vió por la tele un programa en el que enseñaban a fabricar un “atrae colibríes”.
¡¡¡ pero qué buena idea!!! De inmediato buscó todo lo necesario y puso manos a la obra: un frasco de mayonesa vacío, pegarle papelitos de colores (porque a los colibríes les gustan los colores),llenarlo de aguita azucarada y cerraro bien ; hacerle un agujerito y con un alambre colgarlo de un árbol...
Hizo todo tal cual las instruciones y por varios días se asomó por la ventana para ver qué pasaba.
Con sorpresa, se dió cuenta de que ,no vinieron más colibríes .Su fondo no se llenó de colibríes como ella esperaba, venía siempre el mismo...
Le gustaba tanto el alimento que la tía le había preparado, que se quedaba sorbiendo el aguita dulce, hasta que quedaba pipón pipón.
Así pasaron los días ,hasta que engordó tanto que parecía una albóndiga de espinaca ... no...un bocadito de acelga con alas. Ya no tenía la velocidad de antes. No podía mover las alitas tan ligero ,porque estaba muy pesado . Tampoco brillaba como antes, ahora su color era opaco.
Sus alas un día ya no soportaron tanto peso y ¡ bum ! cayó de cabeza y quedó clavado de pico en la tierra con la cola para arriba.
La tía corrió a levantarlo, justo cuando el gato “Colo” preparaba su salto para atraparlo.
Me tió al gordo colibrí en una cajita y lo tuvo unos días a dieta en la cocina. Le daba sólo agua fresca para beber y de comer ,nada: ayuno total.
Cuando el colibrí recuperó su forma y sus plumitas volvieron a brillar con los rayos del sol, ella lo llevó al fondo y lo dejó en libertad: _ ¡pobrecito colibrí!_dijo_ al final,tiene razón Peti, cuando dice que no hay que creer todo lo que dicen por la tele.
A partir de ese día dejó al colibrí en paz, para que comiera lo que quisiera y cuanto quisiera como corresponde

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